jueves, 10 de julio de 2008

De cuando me quedé una semana sola en casa (II parte)

Esta semana he ido a trabajar como cualquier hijo de vecino. La diferencia es que al estar sola voy con más ganas de ver a gente de mi misma especie, hablar con Gato es muy humillante, y no me siento comprendida, por mucho que él se deshaga en argumentos. Básicamente creo que en todos los diálogos viene a decir siempre lo mismo: "tengo hambre, coño". Y aunque las ganas se apoderan de mí en ocasiones, no, no lo estoy matando de hambre. Come a sus santas horas, lata y media o dos por día. Caray con el felino, coñoyá.

PerraJudía me mandó un sms explicándome que se lo estaba pasando pipa. Te creo, me he quedado yo con Gato. Cualquier cosa puede ser mejor.

Por si encontrais incredulidad en mis palabras, tengo una prueba contundente y definitiva. Gato me observa en cada momento, expectante. Me da miedo ó_ò

Gato intentando ser sexy pa la foto

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